Era a filla do poeta satírico Martínez Villergas e sogra do avogado do Estado galego Don Xulio Alonso Cuevillas, o tío de Florentino López Cuevillas. Foi nomeada por Real Orden directora interina da Escola Normal de Mestras de Ourense en maio de 1891 cun soldo anual de 2000 pesetas e unha gratificación de 125[1]. Era unha muller de ampla formación e de notable consideración, exemplo diso, é que formou parte da Asemblea Pedagóxica celebrada en Pontevedra en agosto de 1894 na que tivo unha interesante disertación sobre as capacidades das mulleres na que, se ben dá valor á educación e formación da muller, faino desde un plano conservador e tradicional.
No discurso fai unha defensa do traballo manual na ensinanza pois iso posibilita unha destrezas para as nenas de todas as condicións sociais que ao longo prazo permiten sacarlle proveito. As máis humildes poden empregar esas aprendizaxes para poder realizar por si mesmas as roupas das familia e as máis ricas para evitar o tempo dilatado de ocio que adoitan ter. Quere deixar claro que defende e que cre na capacidade intelectual da muller igual á do home, non obstante, segundo ela, a actividade intelectual da muller non debe estar destinada aos mesmos traballos do home. Por tal motivo, considera que é preciso defender os traballos manuais e os labores de costura nas escolas de nenas, e as mestras deben procurar a maior pulcritude na súa ensinanza:
Iltmos. Sres., distinguidos compañeros:
Me atrevo á esperar, que pues no molesto vuestra atención á impusos de mi propia voluntad sino obedeciendo á impulsos de nuestro Jefe y dignísimo Presidente, habreis de dispensarme duplicada vuestra habitual benevolencia, que bien la necesitará mi incorrecto resúmen por su absoluta carencia de mérito.
Las jóvenes profesoras que han desarrollado el tercer tema del programa, han demostrado poseer un caudal de conocimientos y de observación muy superior a sus cortos años, y por su amor al estudio y el éxito con que á él se dedican, son acreedoras á mi más cordial felicitación.
La señorita que disertó en primer lugar, dijo que el trabajo manual es educativo, útil y moral; enumeró las dos tendencias que se han combatido durante estos últimos años, una pretendiendo que la mujer no necesita saber más que la religión y las labores, y la otra, por el contrario, abogando porque la educación de la mujer sea exactamente igual á la del hombre y proscribiendo de ella las labores; hizo la clasificación de éstas, censuró á las maestras que enseñan labores de adorno en las escuelas elementales, por lo durante las horas de lcase, y manifestó que deben enseñarse por el método imitativo teórico-práctico…
Las señoritas que disertaron á continuación se expresaron en términos muy semejantes y, non encontrando discrepancia algunha en los puntos esenciais á que se contraen los trabajos, no creo necesario ocupar vuestra fatigada atención con el examen detenido de cada una de ellas.
Es, indudable, el trabajo manual un gran auxiliar pedagógico, puesto que la pedagogía, al mismo tiempo que la higiene, nos enseñan que á un trabajo que exija de las niñas un esfuerzo intelectual relativa grande, dada su tierna edad, debe suceder otro que por ser puramente mecánico, deje en reposo las facultades que han estado en actividade.
Presta grandes servicios en la escuela el trabajo manual como medio educativo para el perfeccionamiento de la educación de los sentidos, principalmente el de la vista, pues la constante comparación de las distancias, de la dirección de las líneas, de la sombra y el claroscuro, de los colores y sus diversos matices, procurar al órgano de la visión una delicadeza muy notable, y á nadie se oculta su valor como medio para conseguir la educación estética de las niñas.
Como enseñanza de utilidad, el trabajo manual es indispensable en las escuelas, porque muchas niñas ( y eto sucede en las poblaciones de corto vecindario) no encuentran después de salir de la escuela donde adquirir esos conocimientos, y muchas veces las pobres aldeanas se ven precisadas a dedicarse a rudos trabajos para ganar una corta cantidad con que pagar la hechura de los vestidos de su esposo y de sus hijos.
El trabajo manual defiende a las jóvenes del ocio, procurando á las clases humildes medios de mejorar su situación y la de sus familias y dándoles un escudo contra las asechanzas de la maldad; a las clases medias y ricas les presta recursos para evitar el aburrimiento sin acudir á la lectura de novelas no siempre morales…
No quiere decir esto que yo conceptúe á la mujer incapaz para los trabajos mentales. Lejos de eso. Creo la capacidad intelectual de la mujer igual á la del hombre, y si en esto hay inmodestia por ella pido perdón á la asamblea; pero destinados el hombre y la mujer a girar en distintas órbitas, no debe ésta dedicar su actividad intelectual á los mismos trabajos que aquél.
1º.-El trabajo manual es necesario é insustituible en las escuelas de niñas como auxiliar pedagógico y como enseñanza de inmediata utilidad.
2º.-En las escuelas elementales deben enseñarse principalmente las labores de utilidad como corte y confección de toda clase de prendas…
3º.-Teniendo presente el sentido educativo que debe darse á esta enseñanza, procurará la maestra obtener la mayor pulcritud y esmero en los trabajos que ejecuten las niñas y la posible corrección, belleza y gusto en los modelos que elija…[2].
Estivo pouco no cargo xa que Dona Victoria faleceu o 24 de maio de 1896
despois dunha longa enfermidade o que provocou unha grande conmoción na
sociedade ourensá:
La muerte de la señora Martínez Villergas ha sido profundamente sentida en nuestra ciudad, donde tantas simpatías contaba, y más aún por sus discípulas, a quienes trataba, no como maestra sino como madre cariñosa…Doña Victoria Martínez Villergas, ilustrada y digna directora de la Escuela Normal de Maestras”. [3]
[1] Vid: Rosa María Cid Galante, "Orixes da Escola Normal de Mestras de Ourense", Revista Minius, nº 15, 2007, pp. 33-47; A Escola
Normal de Mestras de Ourense (1877-1970): a súa orixe e os seus emprazamentos; Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo, 2013;; Gaceta de Galicia, Num. 118, 30 de maio 1891; [2] “Asamblea
Pedagógica”, Crónica de la
asamblea pedagógica y exposición escolar, nº 10, 25 agosto 1894, pp.1-2.[3] El Magisterio gallego: Revista de instrucción primaria: Num. 586, 25, maio de 1896, p. 2.
(Extracto dun estudo sobre as mestras ourensás que está a elaborarse para unha publicación).